Soy un chico de natural pacífico, más bien educado y tirando casi a lo reverente. Me gusta el trato cordial y amistoso. La simpatía. El respeto mutuo. Intento, de verdad que sí, acercarme a los demás sin prejuicios, con la mente bien abierta. Vosotros lo sabéis. Pero es oír pronunciar la palabra «arteterapia» y, ¿no os pasa? ¡Qué ganas de liarse a hostias!