Es éste un tema peliagudo. Al igual que la elección de pareja, de una casa en la que dejarse caer de vez en cuando o de un oficio, hay que sopesar bien los pros y los contras. Sobre todo, no elegir a la ligera, delirar y enflaquecer con lo primero que pasa. Como ya os podéis imaginar, no todo el mundo puede hacerse cargo de según qué depravaciones. Yo os aconsejaría una asequible, si no disponéis de medios. Que no desfallezcáis hasta tropezar con alguna ganga. Eso sí. Ha de ser selecta, tener cierto encanto, os ha de proporcionar un aire distinguido, pero libre de toda afectación. Esto es quizá lo más importante. Ha de ser algo que funcione como un bálsamo, que reconforte y no origine grandes quebraderos de cabeza ni remordimientos sin fin. Hay que tener en cuenta, por último, que un buen vicio es para toda la vida. Aquí no valen excusas. Ir de aquí para allá.
Buen texto !! Me recuerda al amigo Rigaut.David B.
Jacques Rigaut! Qué grande. Espero no acabar como él!