No sabe uno si crece o si decrece, si se hace mayor o menor. La gente parece dar por sentado que vamos haciéndonos mayores, pero habría que preguntarse, ¿mayores en qué? Envejecemos, eso está claro. Pero envejecer es ir perdiendo frescura, espontaneidad, entusiasmo, es menguar poco a poco, a cada golpe, cada escarmiento, es reducir nuestra inocencia y nuestra capacidad para maravillarnos. ¿No nos empequeñecemos día a día, en nuestras refriegas inútiles contra el mundo? ¿No nos hacemos menores?
Me ha gustado mucho. Comparto lo que dices y está bien escrito.
Gracias! En realidad yo lo comparto a medias. Supongo que también debemos crecer en algún otro sentido, no sé. Seguiremos investigando!