¿Un poco más de música? Pues hala, música de la buena. Fats Waller fue uno de los grandes pianistas de la época dorada del swing. Compositor, cantante, juerguista inveterado, enorme tragaldabas, llegó a tocar sus irreverentes canciones en la catedral de Notre Dame, en París. Porque, se me ha olvidado añadir, era también un virtuoso del órgano. Siempre jovial y de buen humor, murió prematuramente, sin haber cumplido los cuarenta, de una neumonía. Fue en el tren, mientras se dirigía de Los Ángeles a Nueva York a pasar las fiestas de fin de año. Una verdadera lástima. ¡Con la energía que desprende, el hombre!