¡Ah, qué buenos recuerdos me trae esta foto! Aquí estoy, en Berlín, frente al Museo de Pérgamo, con mi viejo amigo Alexander. Es el de la izquierda. Nos conocimos en un chat sobre la obra de Paul Henri Thiry, el barón de Holbach, y durante un tiempo fuimos inseparables. ¡La de vueltas que dimos juntos, la de correrías y aventuras que vivimos! Lástima que se enamorara a la vez de una gordinflona bávara, un marsupial y una piedra con forma de bellota y acabara sus días internado.