Madurar

Me ha dejado la novia. Decía que así no podíamos seguir, que tenía que madurar. ¡Madurar! Pero si no tengo tiempo, me paso el día poniendo orden entre los clicks de playmobil, que los tengo enrabietados, e intentando que el osito Willy supere su trauma. El pobre perdió el brazo derecho en un accidente. Está tristísimo, Willy, no es el mismo. Ni me come. ¡Si le vierais la carita!

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