Lo malo de pimplarse en una noche trece cervezas, veinte cubatas de ron, dieciséis chupitos de Jägermeister y once tequilas es esa ligera sensación de resaca con la que uno se despierta al día siguiente.
Lo malo de pimplarse en una noche trece cervezas, veinte cubatas de ron, dieciséis chupitos de Jägermeister y once tequilas es esa ligera sensación de resaca con la que uno se despierta al día siguiente.