Uno no es Erza Pound (si alguno lo es, por favor, que levante el brazo) pero sí ha escrito sus poemitas. Si os fijáis, nuestro lenguaje continuamente se dispersa, se contiene, se modula, nos pasamos el día haciendo cosas con las palabras, hasta la conversación más pueril es un verdadero prodigio. Siempre me ha fascinado eso. Casi sin querer, las frases se me rompen a veces y lo que quedan son los pedazos. Hay tanta prosa en el mundo, que opto por dejarlas así, sueltas, sin coser, desbaratadas. Para compensar.