Ella, profesora de Metafísica en la Universidad a Distancia, especialista en san Agustín, se despidió en su email «con un cordial saludo». Yo me puse estupendo y, ni corto ni perezoso, acabé mi respuesta con «un abrazo». Pero en el email que he recibido hoy, ella sube la apuesta y se despide con «un beso». Necesito que me ayudéis, va. Alguno de vosotros. ¿Qué se supone he de enviarle yo ahora?